21.4.08

LAMENTABLES ANÉCDOTAS NO TAN ANECDÓTICAS

profesional.

1. adj. Perteneciente o relativo a la profesión.

2. adj. Dicho de una persona: Que ejerce una profesión.

3. adj. Dicho de una persona: Que practica habitualmente una actividad, incluso delictiva, de la cual vive.

4. adj. Hecho por profesionales y no por aficionados.

5. com. Persona que ejerce su profesión con relevante capacidad y aplicación.



Si se fijan, todas las acepciones del término profesional que contempla la RAE remiten al hecho de que uno se gana la vida con ello. Y la cuarta excluye expresamente a los aficionados. Yo no soy un profesional del periodismo, pero intento llevar a cabo mis tareas periodísticas con la máxima profesionalidad, y con respeto a los que por ahí trabajan, profesionales o no. En una sala de prensa el caos acaba por hacerse amo y señor por mucho empeño que se ponga, y creo que el boom mediático del cómic ha propiciado un mayor desbordamiento de la sala de prensa del Saló de este año, aunque yo aún tengo que conocer algún evento de estas características en el que esto no pase. Es así en todos los sitios. Les pego este rollo porque considero que más allá de que uno se gane la vida o no con algo, la profesionalidad se demuestra también con lo que uno hace y con la clase y saber estar que, en mi caso, me distinguen. El Saló del Cómic tiene un gran problema en ese aspecto: sus invitados, sus estrellas, hacen dibujos. Cuando la organización te entrega la parrilla de entrevistas otorgadas, a media hora por invitado, uno debe ceñirse a ese tiempo porque hay un compañero esperando su media hora. Y me la repampimfla si ese compañero es de un medio grande o pequeño, y más en un campo, la historieta, donde habitualmente muchos de los pequeños saben más y son mejores que los grandes. Lo que es lamentable es que en las entrevistas programadas por la organización algunos periodistas, profesionales o no, se dediquen a pedir dibujos. Primero, porque el autor está ahí para ser entrevistado, no para dibujar. Y me consta que a algunos el tema les molesta un montón. Y segundo, porque si quieres que te haga un dibujo, cacho cenutrio, le entrevistas menos rato y se lo pides durante tu tiempo de entrevistas y no consumes el de los demás. Este suceso lamentable me pasó en tres de las cinco entrevistas que me programó la organización, en tres de las cinco entrevistas realizadas en una sala de prensa en la que, encima, hay más ruido de fondo que en las que se hacen fuera de esa sala (que manda huevos) porque los ociosos hablan a gritos. Mi entrevista con el dibujante de Ex-Machina, Tony Harris, fue un desastre porque le pidieron ¡dos dibujos! y mi media hora se convirtió en diez minutos (yo no puedo estirar: me esperaban en la emisora para montar cortes) con un entrevistado cabreado porque no estaba allí para hacer dibujitos.

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